lunes, 28 de junio de 2010

Patíbulo

Vuelan hasta mí tus sueños y la sensación de quedar estancada
tras las flores que tejen distancias
tras los mantos grises aprisionando la piel
traspasando el velo encuentro la nada
que me sabe a momentos borrados.

Camino como si mis pasos fueran ideas
lentamente, pausadamente, engendrando minutos desiertos
gritando verdades a medias, selladas por el miedo a actuar.

Perdiendo la contienda, me alejo de todas las batallas
con pausas acalambradas de tan poco andar
furiosa, todo me sabe a huelga
a inexistencia comprensible y exceso de vacuidad.

Esclava de vanas ilusiones y esperanza
sopesando los días con mil veleros sin anclar
los esteros de aguas profundas nunca me han dado confianza
nunca he sabido respetarlos, nunca aprendí a callar.

Sensibilidad

Fondos de anhelos y la re puta que te parió.

domingo, 27 de junio de 2010

"El pesimismo del conocimiento no impide el optimismo de la voluntad" (Gramsci).

Sin

Ausencias, sueños y cansancio
angustia autoinfringida por una impaciencia a ratos malsana
a todo eso estoy acostumbrada...
¿acaso los peces siguen respirando fuera del agua?

sábado, 26 de junio de 2010

Jengibre

Formas que se curvan y se anidan
formas que se juntan y se acercan
formas que se buscan y se encuentran
formas que se baten en la palestra.

Formas que se pelan con cucharas
y su aroma me refresca
formas que danzan entre ingredientes
y condimentan nuestra espera.

Formas de colores suaves
que emergen desde la tierra
creciendo a ras de suelo
hasta que la huerta se renueva.

Formas de sabores singulares
que atraviesan mi cabeza
y quedan en mi retina
mientras los días nos acercan.

Formas que te veo disfrutando
mientras preparas nuestra cena
miro a ratos lo que falta
¿acaso olvidaste la receta?

Ciclo

Cuando me enajena la búsqueda perpetua
las obsesiones y manías intencionadas a medias
busco regazo al cual asirme
transitando emociones austeras.

A ratos observo y sé que lo tengo todo
al instante venidero ese todo se disgrega y despedaza
rebotando tus palabras, tus benditas palabras.

Sigo buscándote entre líneas
me dejo enredar en tu piel cálida y descalza
luego huyo nuevamente hacia el frío
porque a ratos no soporto estar atada.

Y subimos bajando, venimos yendo, nos acercamos alejando
generando diálogos que me despedazan
triunfan las risas estridentes, triunfan las lágrimas más saladas.

viernes, 25 de junio de 2010

En Marcha

El paso que huele a óxido retoma lentamente el rumbo hacia lo conocido, hacia lo propio, hacia el terreno psicológico palpable dueño de una menguante direccionalidad.

Vuelve hacia la ciénaga escarlata que se desata entre mis torpes dedos, arañanado fuertemente la piel del berrago a esquilar. Y se resquebraja la guerrilla interminable con mi desnudez interna, esa que desata la lengua literaria y la lengua carnal. Aquella ramera de las letras que ofrece la entrepierna a las palabras sin vacilar, reconociendo en ellas a su único credo, el único amante capaz de satisfacer aquellos deseos que enardecen la imaginación voluble.

Partiendo nuevamente hacia las rimas, sobre los versos, en las prosas que emergen y se desatan, que se revuelcan bajo la almohada y se encogen entre las sábanas buscando instantes de placer, de descanso, de llanto desesperanzado, consuelo y a ratos conformidad.

Nace el día e intento gritar que le pertenezco a la noche. Ni siquiera aflora un eco y me sitúo entre todos los proyectos que me apasionan y escondo mi verdadera identidad. Soy una esquizoide perdida entre mis propias ruinas, huyendo de mi risa, huyendo de mis ojos hacia las agusanadas cuencas, hacia la afonía y un rostro sin expresividad. Rehuyo del placer poniendo el alma en otras almas para lamer la energía que emana cálida y sincera.

Mi risa ha vuelto, mi espíritu agradecido descansa una vez más... hasta que la noche me atrape y vuelva hipnotizada a su embriagante fugacidad malsana, donde grito y lloro entrecortadamente porque la tristeza es mi leal consejera, porque los recuerdos son mi talón de aquiles y a la vez son mi verdadera fortaleza.

Etérea

Etérea entre mantos de hierba,
entre aquellas incipientes verdades incofesas
entre multitudes de proyectos que me alternan.


Etérea recordando la necesidad de la tristeza
el vacío de aquellas miradas en espera.


Etérea riendo entre dudas y sus respuestas
viendo como transcurre mi vida a medias.


Etérea palpitante de errores pasados
donde la melancolía me aferra
donde revivo y asumo mis vergüenzas.