lunes, 21 de octubre de 2013

La Tristeza

Suena el reloj
anticipándose a los hechos no venideros
agendados para transitar a media máquina.

Esos malditos pasos deseados, imposibles
la eterna negación de espacios asediados sin conquistar.

La rabia coqueteándole a una indolente desidia
extendiendo sus extremidades etéreas.

Porque desde el fondo de las entrañas
sólo emerge aire sucio y turbulento.

Sin espacio para la creación, para remendar lo disperso
asumiendo que realmente, nunca valdrá la pena unir todos los puntos.

La carga que conllevan los errores, los retrasos, los agravios
y esa voz irresoluta que nunca se atrevió a gritar.


martes, 15 de octubre de 2013

Voyerismo

Observando a lo lejos
vidas ajenas, distantes y comprensibles.

Juzgando de cerca
intentando entender
qué se debe compartir y qué se debe callar.

Observando de cerca
psicopateando, desgastando minutos y neuronas.

Juzgando desde afuera
dando apelativos inciertos
y profundamente groseros.

Observando hacia adentro
escondiendo los miedos y rumiando los hechos del día.

Juzgando mis propios pensamientos
esos que mastico, oculto, disfrazo o expongo
dependiendo del estado anímico.

Observando hacia atrás
porque dicen que el camino recorrido, es importante.

Juzgando los clisés eternos
los aprendizajes diarios, otrora importantes
hoy sin peso, cargados de disfraces.

Observando acciones y reacciones
porque a final de cuentas, es un maldito misterio lo que sucede en otras cabezas.

Juzgando intenciones y palabras
agobiada con tanta información
agotada de este malestar constante y taciturno.

Observando, ¿cuándo se debe actuar?
¿Ahora, ayer, mañana, a destiempo, o nunca jamás?

miércoles, 2 de octubre de 2013

Sin Línea

El escribir como arte mágico, como la posibilidad de desdoblarse y verse desde arriba, desde abajo, desde TODOS los ángulos.
El escribir como arte liberador, que te obliga a desatar los nudos que constantemente te atan.
El escribir como arte aprendizaje, un proceso a ratos constante, a ratos agobiante, siempre en movimiento.
El escribir como arte sanador, donde viertes tu necesidad de vestir y exhibir pensamientos.
El escribir como filosofía de vida, porque el lenguaje y la comunicación son la base del respeto.
El escribir como forma de perder el tiempo, porque en realidad ¿a quién le importa la lectura de otros?
El escribir como arte satanizado, porque el poder de las palabras, es ilimitado.