lunes, 29 de noviembre de 2010

Ruge Leo, el léon.

Aislado entre los cerros
muere en silencio, muere de dolor.

Ruido

Me envenena toda esta tormenta
esos giros, esos tic tac incesantes
esos brazos amortajados, temblorosos, desviados.

Me envenena como un cáncer
succionándome la vida de a poco
ganando espacio, ganando minutas, ganando polillas.

Me envenena de frente, olvidando toda opinión gastada
toda palabra vista de mil formas y mil veces
como circuitos repetidos, al revés y reveces.

Me envenena los oídos, me eriza los sentidos
me ensordece, me vulnera, me enloquece.

Y golpeo los tambores caóticamente
y soplo la flauta, desafinadamente
y rompo la guitarra, pisoteándola fuerte
y quiebro tu espalda, cruje entre mis dientes.

Me envenena y me desvío, me río, me suicido.
DESAHOGO.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Sonidos

La sencillez de un sentimiento que irradia inocencia
la necesidad de volver al vientre materno cuando todo pierde sentido
cuando los miedos nos invanden, el sistema inmune debilitado
el abrazo que reconforta luego de las malas noticias
en anhelo de no quedar allí, muriendo en silencio.

Identidad, carga de dolores a cuestas
carga de palabras que nunca se quisieron decir,
carga de actitudes que nunca debieron existir
la necesidad de pedir perdón y volver a tranquilizar el descanso.

Sin sobresaltos, sin huidillas, sin ronquidos que entorpecen la paz.

El deseo incuestionable, con incesante y excasa libertad
viajando desde dentro, los navíos y naufragios
la fuerza de manos quemadas sosteniéndose en un compás.

Corriendo, dejando los ataques asmáticos detrás
dejando los miedos, ensayando, volviendo a cantar.

Cajas de escasez arrimadas a murallas caídas.
Vuelve, tímida y esquiva... la absurda sensibilidad.

Caprichosa, se estira, enloquece
aprisiona letras y las lanza, las revienta, las alerta
¡Bandidas vendidas! han vuelto, se van...
...se esconden, caminan, gatean, vuelven a su forma inicial...