lunes, 3 de febrero de 2014

En Proceso...

¿Cómo sería el mundo moderno si la gente de verdad leyera?
¿Cómo sería el carácter de las personas si de verdad saborearan cada letra, cada palabra, cada oración que entra a sus cabezas?
Quiero creer que las oportunidades están a un libro de distancia, por sobre el nivel del suelo al que nos aferramos torpemente cuando asumimos que lo único realmente importante en esta vida es transitar. Ir de un lugar a otro, luego a otro, otro y otro. No necesitando que los pasos tengan sentido ni una trayectoria anteriomente determinada.

Quiero leer y también quiero comunicar, pero a algunos no se nos hace tan fácil la idea de exponer y convencer. Machacando la cabeza contra ideas inertes, pensamientos muertos y miedos que se aferran firmemente a un pesado grillete llamado "Comfort Zone". Y no precisamente porque en realidad sea cómodo, si no porque la voz interior nunca calla, nunca deja de llorar y ese alarido eterno ya se ha constituido como la piedra de tope en el inconsciente de quién nunca edificó un carácter firme y enérgico, condicionándose como una rata de alcantarilla que recorre diaramente el camino aprendido de su propia putrefacción.

Quizás si dejara de divagar y olvidara lo que hay en mi cabeza, y me preocupara de presionar con pasión y expulsar ese orden, esos aciertos, esas ideas, esa necesidad de compartir y no quedarme callada; lograría perdonar mis fracasos, disminuir el tenor de mis frustraciones y comenzaría a trabajar de forma verdadera, logrando llevar a cabo algo beneficioso, no solo para mí...