¿Cómo sería el mundo moderno si la gente de verdad leyera?
¿Cómo sería el carácter de las personas si de verdad saborearan cada letra, cada palabra, cada oración que entra a sus cabezas?
Quiero creer que las oportunidades están a un libro de distancia, por sobre el nivel del suelo al que nos aferramos torpemente cuando asumimos que lo único realmente importante en esta vida es transitar. Ir de un lugar a otro, luego a otro, otro y otro. No necesitando que los pasos tengan sentido ni una trayectoria anteriomente determinada.
Quiero leer y también quiero comunicar, pero a algunos no se nos hace tan fácil la idea de exponer y convencer. Machacando la cabeza contra ideas inertes, pensamientos muertos y miedos que se aferran firmemente a un pesado grillete llamado "Comfort Zone". Y no precisamente porque en realidad sea cómodo, si no porque la voz interior nunca calla, nunca deja de llorar y ese alarido eterno ya se ha constituido como la piedra de tope en el inconsciente de quién nunca edificó un carácter firme y enérgico, condicionándose como una rata de alcantarilla que recorre diaramente el camino aprendido de su propia putrefacción.
Quizás si dejara de divagar y olvidara lo que hay en mi cabeza, y me preocupara de presionar con pasión y expulsar ese orden, esos aciertos, esas ideas, esa necesidad de compartir y no quedarme callada; lograría perdonar mis fracasos, disminuir el tenor de mis frustraciones y comenzaría a trabajar de forma verdadera, logrando llevar a cabo algo beneficioso, no solo para mí...
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