sábado, 21 de agosto de 2010

Lluvia

Me gusta la lluvia, pero esa lluvia seca
que te espanta los demonios y serena las acequias.

Esa que transita lento purificando las huellas viejas.

Cantando entre viñedos, maizales, centeno, cebada
Germinando las esperas, matando la infancia.

Quemada la garganta, resecas las pupilas, pálido el semblante.

Ojeras que caen pesadamente como zombies en el rostro
con el zumo madurado a cuestas, engendrando el paso seguro, exagerado, torpe.

Deteniendo el sonido de relojes imprecisos, empapando, desnudando
sometiendo a su fluidez exageradamente refrescante.

Ay! lluvia... que escurres por mi pecho y mueres en mi disfraz farsante.

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